Entre chocar con paredes, en medio de la oscuridad, o buscar la sombra, aceptando la luz, se aparece, entreabierta, la puerta que deja ver, de dónde proviene el haz.
A ver cuántas vueltas tenes que dar, para encontrar un lugar.
Como un perro indeciso, ¿o se quedó sin olfato?; sabueso gritón,
y no encontraste nada todavía.
Perdiste lo natural, el instinto y te perdiste.
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